“SUBHYSTERIA” LEVANTA UNA POLÉMICA 2.0


“SUBHYSTERIA” LEVANTA UNA POLÉMICA 2.0


La película del realizador venezolano Leonard Zelig, actualmente en las carteleras de cine del país, ha desatado, lo que se podría llamar la primera gran polémica del cine nacional


Desde su pre-estreno el 12 de mayo y su posterior estreno a nivel nacional el pasado viernes 14, “SubHysteria”, dirigida por Leonard Zelig, ha venido acumulando un sin fin de comentarios tan radicalmente opuestos, que ver el timeline de twitter de @subhysteria es como presenciar una discusión entre caraquistas y magallaneros.


He aquí algunos de los comentarios:

"Primera película venezolana que me gusta full, tienes que verla. Le doy 4.5/5. Muy buena". "La película es mala con bolas!". "Es buena! Buen Experimento". "NI SE LES OCURRA ver una película llamada ‘Subhysteria’, que vaina tan MALA, me quería salir de la sala!". "Saliendo de ver ‘Subhysteria’: sencillamente EXCELENTE! Bravo por nuevas propuestas de cine venezolano!”. "Yo vi ‘SubHysteria’ ayer y me pareció muy buena película, pero de 11 personas que entraron sólo quedamos 2. Hasta el final es interesante 100%". "Fui a ver ‘Subhysteria’ y realmente perdí mi tiempo y mi dinero! Ni a mitad de precio vale la pena.... :s ". "@subhysteria: ya pueden incluirme en su lista de los que la aman".


Y no es sólo la audiencia la que esta polarizada, la critica especializada también lo está, y si seguimos con los símiles deportivos, entonces éste sería un estadio lleno de seguidores del Barca y del Madrid:


"Les recomiendo la película 100%". "Paradójicamente, el punto débil de la película se ubica en la fortaleza de su propuesta narrativa". "!!Qué peliculón!! La mayor virtud: un equilibrio logrado entre los elementos narrativos, un manejo sutil de la poética visual en el marco de un cine improvisado y una presentación sin pretensiones de ninguna clase, incluyendo las de identidad". "Si el cine nació con ‘El tren’ de los hermanos Lumiere, puede darse por muerto con el metro de ‘SubHysteria’". "Económica, improvisada y genial".


Y es que esta película improvisada, producida por los venezolanos Javier Pérez-Karam y Roberto Alcázar, ha dado mucho, pero mucho de que hablar, especialmente a través de las redes sociales, en particular Twitter. De acuerdo a la página www.twitteranalyzer.com el promedio diario de personas a la cual les llega algún mensaje acerca de “SubHysteria” es de 1.300 personas, lo que la convierte en la primera película venezolana que usa efectivamente las redes sociales como arma de promoción.


Este esfuerzo mixto de mercadeo tradicional, guerrilla y digital se tradujo en 6.200 boletos vendidos durante su primer fin de semana, convirtiéndola en la película venezolana con mejor taquilla en su primer fin de semana, en lo que va de año.


Definitivamente, habrá que ver esta película bipolar, para sacar conclusiones propias y poder entender por qué la gente la ama o la odia.


Lo que opina el director

-¿Por qué crees que “Subhysteria” es amada u odiada?

-No intento en lo más mínimo comparar “Subhysteria” con experiencias que se han convertido en referentes, pero para ilustrar el asunto, no es la primera vez que se presenta este caso, “Thelma y Louise”, “Mouline Rouge”, “Dancer in the Dark”, “Irreversible” y más recientemente “Anticristo” son algunos ejemplos de películas odiadas o amadas. Mi teoría se fundamenta en el manejo de las expectativas: vas esperando algo que no recibes, por consiguiente, la odias; Vas esperando algo que recibes, por consiguiente, la amas. Recientemente tuve la oportunidad de hacer una tertulia con estudiantes de la UCAB que ya habían visto la película. La polarización era obvia, unos la amaban y otros la odiaban; sin embargo, la gran mayoría consideró que la película era interesante.


Una de ellas me dijo: “Yo ni la odié ni la amé, me pareció lineal y simplemente, no sé, me hizo sentir atrapada y claustrofóbica, como si hubiese estado metida allí con ellos en el vagón”. No pude más que sonreír, porque es completamente válida esa sensación, y de una u otra forma, eso era lo que queríamos generar. “Subhysteria” se concibió como un experimento y de alguna forma lo está siendo hasta en la reacción del público.


-¿Cómo crees que esta polarización va a afectar la taquilla de la película?

-La verdad es que la taquilla venezolana es impredecible; sin embargo, yo creo que esta polarización es positiva. Estuviese sumamente preocupado si la película no le hubiese gustado a nadie, pero el fenómeno del enfrentamiento con “SubHysteria”, simplemente me parece fascinante. Me reafirma lo diferente que somos los seres humanos. En mi caso, si tengo dos amigos cuyo criterio cinematográfico respeto, y uno de ellos me dice que la peli es mala y el otro me dice que es excelente, lo más probable es que vaya a verla, para formarme mi propia opinión y después discutir con ellos.


-¿Cuál ha sido el aporte de las redes sociales a la campaña de “SubHysteria”?

-Justo ayer comentaba con Héctor Palma, productor asociado de la cinta y el encargado de supervisar todo el proceso de promoción, lo importante que ha sido nuestra campaña en Twitter. Sentimos que las redes sociales se han convertido en un nuevo canal de promoción, tan cuidado y si no, más impactante, que una valla publicitaria. Y es que con o sin Twitter, la polarización se hubiese creado igual, el boca a boca hubiese marcado la tendencia a odiar o amar la película. Lo interesante de las redes sociales es la inmediatez: sales del cine, sacas tu Blackberry abres tu Ubertwitter y compartes tu opinión con el resto del mundo. Aun más interesante, la interactividad que se produce entre todos los participantes y, más importante que nada, entre cineastas y audiencia. Nosotros tratamos, en la medida de nuestras posibilidades, de responder cualquier pregunta que se nos hace, eso en los tiempos de “Thelma y Louise” era prácticamente imposible.


En un país, donde legalmente tu película tiene las horas contadas si nadie la va a ver, uno agradece tener una herramienta que te refleje el sentimiento del público inmediatamente, para tomar las medidas necesarias con la misma rapidez. Por eso sólo deseo que dada esta polarización en el criterio con la película, la gente vaya a armarse su propio criterio.

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